Apuntes sobre el Dispositivo de Seguridad de Salvador Allende

  “Salvador Allende”
  entrevista a Beatriz Allende

La vida del compañero Presidente, dedicada íntegramente a la causa popular, no puede ser cabalmente entendida sin comprender el hondo significado de su gesta heroica el 11 de septiembre, en el Palacio de La Moneda, demostración sublime de la consecuencia que no fue sino la coronación de su vida de combatiente.

 

C on motivo de ser septiembre el mes de la solidaridad internacional con el pueblo chileno. La Juventud Socialista de Chile evoca a través de estas páginas la figura del Presidente mártir. De este modo nos sumanos al recuerdo que toda la humanidad progresista hace de uno de los más destacados combatientes contemporáneos. Recogemos, como lo hace el pueblo chileno en su lucha antifascista, los valores que dimanan de la personalidad de Salvador Allende.

Intérprete profundo de los anhelos de nuestro pueblo, fue durante su vida vocero de sus esperanzas y representante de sus luchas; patriota y revolucionario consecuente, combatió siempre e intransigentemente por los intereses de Chile, defendiendo nuestro derecho a la independencia económica y política. Internacionalista consumado que observó la mutación del universo hacia formas superiores, entregando, junto a su propia vocación combativa, su estímulo a la lucha de otros pueblos. Latinoamericanista que, inspirado en las mejores tradiciones que nos dieran los padres de la patria americana, buscó incesantemente la unidad en la lucha y en el porvenir libre de nuestras naciones, desarrollando el batallar antiimperialista.

La vida del compañero Presidente, dedicada íntegramente a la causa popular, no puede ser cabalmente entendida sin comprender el hondo significado de su gesta heroica el 11 de septiembre, en el Palacio de La Moneda, demostración sublime de la consecuencia que no fue sino la coronación de su vida de combatiente.

Su holocausto debe ser recogido como una herencia que inspira e inspirará las luchas de nuestro pueblo. Su vida y su muerte -que retratan su verdadera dimensión política, moral y humana- constituyen un legado que exhorta a la lucha sin tregua, a la unidad combativa, a la perseverancia y consecuencia revolucionarias.

La Juventud Socialista recoge esas banderas para guiarse en su compromiso revolucionario, destacando que ellas constituyen patrimonio de todo nuestro pueblo. Nos honramos de publicar en este número, una entrevista exclusiva que ha concedido la compañera Beatriz Allende al “Boletín Informativo de la Juventud Socialista de Chile” (1),

 

 

LA VIDA DE SALVADOR ALLENDE, CONSAGRADA ÍNTEGRAMENTEA LA LUCHA DEL PUEBLO CHILENO CONSTITUYE UN PATRIMONIO DEL MOVIMEINTO POPULAR CHILENO Y LATINOAMERICANO Y UN EJEMPLO IMPERECEDERO PARA TODOS LOS HOMBRES PROGRESISTAS DE LA HUMANIDAD ¿CUÁLES SON LOS ASPECTOS MÁS SOBRESALIENTES DEL PENSAMIENTO Y LA OBRA REVOLUCIONARIA DE SALVADOR ALLENDE?

 

B.A. En realidad es difícil poder decir cuáles son los aspectos más sobresalientes del pensamiento del Presidente Allende y de su obra revolucionaria. Es difícil, porque creo que a todos nos queda mucho por profundizar sobre el significado de su obra. Es más, yo diría que esa es una tarea más que tiene la Unidad Popular, el Partido Socialista y la izquierda chilena.

Algunos conocen determinados aspectos del Presidente Allende, mientras otros visualizan a otros ángulos, y así tendremos que ir profundizando en sus escritos, en sus discursos, en su acción, lo que hay de hilo de continuidad en él. Por lo pronto hay cuestiones que están claras para todos. Yo diría que efectivamente es une vida consagrada a la causa del pueblo chileno, del proletariado chileno, de la revolución chilena. Pero, un hombre que siempre tuvo el marco internacional presente, profundamente latinoamericano, definidamente internacionalista.

Así como fue un revolucionario toda su vida. Dedicado totalmente a la lucha social, una de las cosas que más define al Presidente Allende es su internacionalismo, que se refleja en mil formas, de mil maneras en toda su vida. En la defensa que siempre hizo del papel y el significado de la Unión Soviética, en la admiración que siempre tuvo hacia ella, especialmente respecto del papel que le correspondió a la Unión Soviética en la lucha contra el fascismo.

Vietnam estuvo siempre presente en el Presidente Allende. Es más, uno de sus orgullos era haber podido dialogar con el Presidente Ho Chi Minh.

Cuba es quizás, lo más conocido, efectivamente es prácticamente el primer dirigente latinoamericano que viene a Cuba, y mantiene a lo largo de todos sus años hasta el día en que muere, un diálogo que se va profundizando con Cuba. Con este pueblo, con el Partido, y con Fidel en forma especial.

Un hombre que siempre estuvo preocupado por la independencia de Puerto Rico. Que desde pequeñas a nosotras nos hablaba del “Grito de Lara” y su significación. Que por la acción del Gobierno Popular, pudo por primera vez, en el comité de Descolonización de las Naciones Unidas, hablar la representación legítima de Puerto Rico, entre ellos el compañero Juan Mari Brás.

Aún recuerdo lo que pensaba de Santo Domingo, y revaloración que hacía de Caamaño. El diálogo que incluso a la distancia mantuvieron.

Su dolor por lo de Bolivia, por la muerte del Ché pero comprendía al Ché. Y es por eso que ayuda a salir a los compañeros guerrilleros.

Allende seguía con interés todos los movimientos de liberación, no solo de América, sino que de África también. Era de los pocos que miraba más allá de sus fronteras y se interesaba por Guinea, por Guinea Bissau, por Mozambique, por Angola, y veía el desmoronamiento del colonialismo portugués.

Por eso yo diría que fue un revolucionario que dedicó su vida entera a la lucha social. Fue coherente en su pensamiento. Es una de sus enseñanzas. Porque es difícil a veces que un hombre sea tan coherente en cincuenta años de lucha social.

Profundamente antiimperialista. Ese era su norte. Sabía cuál era el enemigo fundamental, y de él no esperaba nada. Por eso yo diría era un revolucionario que tenía una concepción política, que luchó por esa concepción política siempre, independientemente de que a veces muchos no lo comprendieran, o que su pensamiento fuera minoritario.

Pero creo que todos pueden decir que Allende jamás ocultó su pensamiento político. Yo diría incluso que supo reflejar la complejidad de la sociedad chilena. Supo sumar, supo unir. Esta es otra de las cosas que trascienden en forma permanente al Presidente Allende.

Una vida entregada entera a una causa. Pero al mismo tiempo coherente, persistente, tenaz, donde supo unir y sumar, hasta que su pensamiento llegase a ser mayoritario en un momento determinado.

Antiimperialista, internacionalista.

Pero es más, hay otros valores que creo hay que tener presente, porque si bien son valores individuales se reflejan en el accionar político. Yo creo que estas cosas tienen valor para las generaciones futuras.

Era un hombre profundamente crítico. Pienso que esa es una cualidad que todo revolucionario debe desarrollar. Llegaba a ser duramente crítico con los que le rodeaban, no así con las masas. Era un hombre que tenía orgullo y sentido del honor. Por eso la palabra empeñada tenía validez. Basta recordar cuantas veces dijo que desde La Moneda no saldría vivo. ¿Quién podría haber dudado que no iba a cumplir ese mandato? Yo creo que nadie. Él sabía cuál era su misión histórica.

Allende era de los pocos, aunque quizás no lo suficientemente desarrollado, que tenía una concepción militar. No solo tenía esta concepción militar -quizás no lo suficientemente profunda, no lo suficientemente desarrollada, e incluso que fracasa- sino que el mismo se preocupaba que fuera capaz de combatir el día 11 de septiembre. Claro, fundamentalmente fue un hombre que combatió siempre con las ideas y con su pluma, pero en el momento en que tuvo que tomar un fusil, sabía tomarlo. Y tuvo el coraje para tomarlo. Yo creo que con eso estaba marcando también un comportamiento para nosotros, en términos en que jamás se puede claudicar, jamás se puede dialogar con el enemigo. Jamás un dirigente se puede entregar. Creo que estos son los valores que trascienden en la vida de Allende.

 

 

EL 11 DE SEPTIEMBRE DE 1973, JUNTO CON CONSUMARSE UNA GRAVE DERROTA PARA EL MOVIMIENTO POPULAR SE ESCRIBIÓ TAMBIÉN UNA DE LAS PÁGINAS MÁS HEROICAS DE LA HISTORIA DE CHILE ¿QUÉ PROYECCIÓN TIENE PARA LA ACTUAL LUCHA ANTIFASCISTA LA ACTITUD EJEMPLAR Y VALEROSA DE SALVADOR ALLENDE Y SUS COMPAÑEROS DE LA MONEDA, QUE CON ARMAS EN LA MANO, A COSTA DE SU PROIAS VIDAS, ENFRENTARON A LOS GENERALES DE LA TRAICIÓN?

 

B.A. Es imposible hablar de lo que es válido en la vida de Allende, sin referirse al 11 de septiembre. Efectivamente, yo creo que ese es un día trascendental en términos históricos para nuestra patria, pero no solo desde el punto de vista de que es el día del golpe, de la derrota. Ese es un ángulo del 11 de septiembre. Pero ese día también tiene una grandeza y una trascendencia singular. Y es la que le dieron aquellos que supieron ser consecuentes. Desde luego, y sin lugar a dudas, el Presidente Allende.

Yo comparto que diera el ejemplo más grande de heroísmo, que alguien pueda dar. Pero junto a él había otros compañeros en La Moneda, en las fábricas y en las industrias. Es un pueblo que escribe una página de intransigencia revolucionaria, es un pueblo que escribe una página de consecuencia revolucionaria. Allende está a la cabeza -que plantea ese día el derecho de defender un proceso revolucionario-.

Fuimos derrotados transitoriamente, pero ese principio es válido. Por lo tanto en el futuro, solo seremos capaces de construir una verdadera revolución en la medida que la sepamos no solo conservar y consolidar, sino que defender. Creo que ese es el mensaje de Allende: defender la revolución con todos los métodos de lucha. Creo que lo planteó con claridad el 11 de septiembre. Es el hombre que en su testamento político exhorta al pueblo -a través de la radio- a no dejarse humillar, pero tampoco aplastar.

Reprocha a quienes tarde o temprano, y en realidad fue más temprano, iban también a ser perseguidos por la Junta Militar Fascista. En el fondo describió ese mismo día 11, yo diría con una visión extraordinaria, lo que hoy acontece en Chile. El fascismo no tiene fronteras y arrecia, reprime y arremete, incluso con organizaciones que jugaron la carta golpista y que saludaron el golpe de estado. Allende ya lo insinúa el 11 de septiembre. Insinuó además, lo que va a ser el saqueo de nuestra patria, y como nuevamente gobernara el capital extranjero y la oligarquía monopólica.

Allende saluda a los que van a recibir el terror, a los que van a sufrir la persecución, y rinde un homenaje a ellos. Pero a su vez él sabía que entregaba con su gesto una bandera de unidad, de lucha, de consecuencia, de heroísmo, de tenacidad, de capacidad de enfrentarse al enemigo en cualquiera de las formas en que haya que enfrentarlo.

Pero yo diría más. Ese hombre que en su vida fue tan generoso, tan cordial, tan tranquilo aparentemente, que siempre usaba la ironía y el diálogo, que tenía esa capacidad para ver siempre el lado positivo de las cosas, ese día 11 de septiembre tuvo aún mayor visión. Por un lado el mensaje para quienes habían sido sus leales colaboradores, en el sentido de exhortarlos a que no estuvieran junto a él, porque era importante que nuestro pueblo tuviera conducción futura. O sea ya estaba pensando en el futuro. Era un hombre que sabía que iba a morir, sin embargo, ya estaba comprometido con la lucha futura, y por eso era su exhortación a la unidad: a reflexionar sobre lo que había sido nuestras debilidades y en transcurso del combate se daba tiempo para recalcar esos aspectos. Sostuvo que aquellos cuadros que no tenían preparación militar, pero eran dirigentes políticos salieran de La Moneda, de tal forma que ese pueblo contara con tales compañeros; pero simultáneamente, la exhortación a quienes sabiendo combatir con un arma, se quedaran junto a él y por lo tanto exigía consecuencia de algunos que -siendo un grupo de 25 a 30 compañeros, no más-, tenían el deber de combatir junto a él.

Hay todavía más, cuando él sabe que los fascistas bombardearon Tomás Moro, y sabe o supone que quienes estaban allí eran parte de su familia, yo diría que en Salvador Allende surge algo que también debemos aprender: el odio convertido en acción. Porque es ahí cuando coge una ametralladora punto 30, y dispara hasta cansarse. O cuando escucha -porque quedan los citófonos conectados con las oficinas de algunos generales-, que de La Moneda no debieran quedar rastros, que había que asesinar como ratas a todos los que estaban en el Palacio. En estas circunstancias es cuando se agiganta cada vez más, y es capaz incluso de derribar un tanque.

Creo que esa es también una enseñanza válida, porque la izquierda chilena a veces careció del suficiente odio de clase, cosa que ocurrió con nuestros enemigos.

No sé si compartirán conmigo, pero esa conjugación entre la decisión de preservar cuadros, exigir de estos combatir junto a él, señalar que había que enfrentar al enemigo sin doblegarse, dejar una bandera de consecuencia, pensar en el camino futuro, pensar en la unidad, en la amplitud, en la utilización de todos los métodos de lucha- y sin lugar a dudas estar preparado para ello, no en forma verbal, sino que real-, revelan su visión integral. Y ellos, conservando su humanismo hasta el final, esa voluntad de que ahí no hubiese ninguna mujer, es que no era porque hubiese mujeres que para él significarán mucho. Era esa deferencia, ese humanismo tan característico de algunos revolucionarios grandes. Él no deseaba que allí estuvieran mujeres, no porque pensaba que esas mujeres, todas ellas, no valía la pena que se sacrificaran en esa oportunidad. En ese sentido también nos lega algo muy importante.

Además, en medio del combate, creo que también hizo una valoración simbólica del proceso histórico chileno, cuando pide que todos esos bustos de los expresidentes de la República, sean destruidos, menos dos; el de Pedro Aguirre Cerda y el de Balmaceda.

Creo que con eso también estaba enseñando lo que para él retrospectivamente tenía de positivo nuestro pasado.

De alguna manera pienso que el 11 de septiembre no debe ser mirado tan solo como aquel día horrendo, trágico, que pone término a un proceso revolucionario, que asesina lo mejor de nuestra patria. Creo que también el 11 debe ser visto, y recalco que no solo en el Presidente Allende, sino en aquellos que estuvieron junto a él en La Moneda, en Obras Públicas, en las industrias.

Creo que ese es el lado que debiéramos desarrollar del día del golpe. Es por eso que también el 11 de septiembre desespera a nuestros enemigos.

Me parece sobre todo que la juventud, es el lado que debieran rescatar del 11 de septiembre.

 

 

SALVADOR ALLENDE FUE DURANTE SU VIDA UN LATINOAMERICANISTA E INTERNACIONALISTA CONSECUENTE ¿CUÁLES SON LOS ELEMENTOS MÁS RELEVANTES QUE CARACTERIZAN ESTA POSICIÓN DEL PRESIDENTE ALLENDE?

 

B.A. En parte esta pregunta ya la he respondido, cuando me refería a la valoración de hacía Allende de la Unión Soviética, de la Comunidad Socialista, de la lucha en Vietnam, de la lucha de los pueblos en Indochina, en su preocupación por África. También ellos se expresa en sus pensamientos tan claros sobre los derechos del pueblo panameño, o respecto a la independencia de Puerto Rico y, lo que más le caracterizó, en su lealtad inquebrantable y creciente con Cuba.

Pero también hay otro lado de las ideas y acciones de Allende que no son muy conocidas, porque las hacía calladamente. Algún día habrá que profundizar es ese aspecto de su vida de revolucionario.

En este sentido actuaba calladamente porque sabía que muchos no sabían callar, y se sabía que para que esas cosas resultaran era necesario saber guardar silencio. Y siendo un intérprete -yo diría tan coherente-, de la mayoría del pensamiento de izquierda, Allende era a la vez un conspirador. Así solidarizó prácticamente con gran parte de los movimientos de liberación de América Latina. E incluso con aquellos compañeros que en determinados momentos escogieron determinados caminos en Chile, aunque Allende no los compartiera. Siempre tuvo para ellos un gesto solidario, una palabra solidaria.

Este lado de la personalidad política de Allende es todavía poco conocida, porque lo sabía llevar ocultamente. Y creo que también esto constituye otra lección, porque muchos tienen solo una visión parcial de lo que Allende fue. La visión de Allende de cuello y corbata, que también lo era, pero no de este aspecto que señalo.

Esto explica que jamás tuviera dudas, por ejemplo, respecto a Santucho y sus compañeros cuando llegaron a Chile. Él jamás los devolvería, a pesar de lo difícil que era tomar esa decisión, en un momento tan especial del Gobierno Popular, agravado por los problemas de la escalada imperialista y contrarrevolución interna, si no que incluso por lo que podría representar para las relaciones Chile y Argentina. Allende no devolvería a esos compañeros montoneros.

Él observaba con ojo crítico, pero al mismo tiempo sacando algunas lecciones de los que era la lucha, por ejemplo, del Movimiento Tupamaros, y mantenía igualmente el diálogo permanente con los compañeros del Frente Amplio, con Liber Seregni, y fundamentalmente dialogaba siempre con el compañero Arismendy. De este modo, hay una vida, una parte de la vida de él, que es latinoamericanista consecuente, antiimperialista consecuente.

El defensor de toda la vida de la Revolución Cubana, que mantenía relaciones con los partidos progresistas, revolucionarios y democráticos de América Latina. Pero que igualmente. Observaba con interés organizaciones con las cuales no compartía el camino que habían elegido, a las que a veces entregaba su gesto y apoyo solidario. Esto también es un aspecto poco conocido de la trayectoria de Salvador Allende.

 

 

LAS ÚLTIMAS PALABRAS DEL PRESIDENTE ALLENDE AL PUEBLO DE CHILE CONSTITUYEN UN MENSAJE DE VALIDEZ PERMANENTE ¿CUÁLES SON LAS ORIENTACIONES PRINCIPALES QUE A TRAVÉS DE ELLAS NOS LEGARA?

 

B.A. Es fácil escuchar esas palabras y darse cuenta de la vigencia que tienen hoy todavía. Pero hay que entender La grandeza, de lo que es ser optimista en aquellas circunstancias. Y es Allende el primero que plantea que lo transitorio, lo que va a perecer, es el fascismo; y creo que a veces eso no hay que perderlo de vista. Porque en aquel minuto tan dramáticamente duro, el hombre que de nuevo reitera su confianza en el pueblo chileno, en sus trabajadores, en la clase obrera. Sabe que serán capaces de derrotar al fascismo.

Creo que también eso hay que reafirmarlo.

Muchas veces a nosotros nos sucede en el exilio que nos desespera, un poco ver cómo transcurre el tiempo. En realidad en términos históricos es tan corto el tiempo que ha vivido el fascismo en nuestra patria y son tan grandes los logros a favor nuestro en este tiempo. Por eso yo creo que las palabras de Allende se van a cumplir, que serán más temprano que tarde, y que el hombre libre podrá transitar por las grandes alamedas.

Pienso que esa también debe ser una enseñanza para nosotros, en términos de que jamás hay que ser derrotista, porque no tenemos derecho a serlo: porque hay condiciones distintas hoy a nivel internacional, para que nunca seamos así. Pero, sobre todo, porque la situación de Chile marcha a nuestro favor. Y yo creo que Allende lo visualizó, incluso en ese minuto tan adverso.

 

 

¿DE QUÉ MANERA INCIDE LA EXPERIENCIA REVOLUCIONARIA DURANTE EL GOBIERNO DE LA UNIDAD POPULAR EN EL DESARROLLO DE LA CONCIENCIA Y COMBATIVIDAD DE LAS MASAS EN LA ACTUAL LUCHA CONTRA EL FASCISMO?

 

B.A, No me cabe duda de que a medida que ha ido transcurriendo el tiempo, y la vida de la inmensa mayoría de nuestros compatriotas pasa a ser tan dura por la represión, por el hambre, por la cesantía, por la inseguridad, por la falta de derecho a la vida, a la alimentación, a la educación, a la recreación, a la cultura, a un porvenir distinto, se tiene que agigantar lo que fue el Gobierno Popular. Creo que cada día muchos más tienen como punto de referencia, con sus defectos, con sus debilidades, pero sobre todo con sus realizaciones, lo que fue el período del Gobierno de la Unidad Popular.

A veces nosotros mismos resaltamos más nuestros errores, pero pienso que eso no es correcto.

Nuestras transformaciones fueron tan extraordinarias, dadas las circunstancias en que se desarrolló nuestro proceso, que siendo que justamente son quienes están en el interior los que nuevamente nos dan una lección. Estoy segura -porque dispongo de información- que la referencia siempre de ellos es a cómo era antes. Entonces, ese factor también -que ya no es tan solo Allende, sino el Gobierno Popular- y por lo tanto, la coalición de la UP, de los partidos de la clase obrera y del movimiento popular, especialmente de los partidos socialista y comunista- ayuda y contribuye a la lucha actual.

Porque es un pueblo que supo lo es ser gobierno, que vio ensancharse sus posibilidades, que vivió un proceso profundamente popular y democrático, que vio transformaciones revolucionarias, y que visualizó incluso la posibilidad de caminar hacia el socialismo.

Eso constituye un patrimonio de un pueblo, que lo ayuda a resistir.

Sobre la juventud, yo creo que son los compañeros de la Juventud Socialista los más llamados a decir cuáles eran las aspiraciones o el destino que Allende le daba la Juventud. Porque creo que ustedes mismos como jóvenes eran los que más dialogaban con él. Desde afuera uno podría decir, que Allende siempre mantuvo un diálogo con las organizaciones juveniles, que le daba especial importancia a las organizaciones juveniles -a veces incluso más que la Secretaría de la Juventud es un hecho y una aspiración del Presidente Allende.

Veía en la juventud la frescura, la generosidad, las motivaciones sanas, que tiene toda juventud. Pero siempre alertaba que siendo joven eras fácil ser revolucionario, que lo difícil era mantener a lo largo de la vida esa consecuencia. Exhortaba a la juventud a pensar en eso, y a su vez que entiendan que por importante que sea la juventud, lo decisivo es la clase obrera, el proletariado. Este planteamiento siempre lo tenía, sobre todo cuando dialogaba con la juventud universitaria, la mayoría de extracción social de clase media y de la pequeña burguesía, para que se dieran cuenta de que la revolución no podía gestarse desde allí, que podría contribuir esa juventud en la medida en que se comprometieran con la clase obrera, con los trabajadores. Por eso, prometieran con la clase obrera, con los trabajadores. Por eso, si había un sector juvenil que le interesaba todavía más, era la juventud trabajadora, subrayando que dentro de esa juventud estuviese presente la juventud femenina: es decir, la mujer. Me parece que es lo que yo más recuerdo como válido del Presidente Allende con respecto a la juventud. Por lo demás hay una intervención en México, cuando visitara ese país, en una Universidad, donde precisara lo que pensaba acerca de la juventud. Al leer esa intervención, los compañeros se darán cuenta del rol que Allende le asignaba a la juventud, en general, y también verán, a su vez, las limitaciones que un movimiento juvenil puede tener si se deforma. Creo que ahí está lo básico del Presidente Allende sobre la juventud.

 

IMAGEN DOCUMENTO ORIGINAL DE LA JS (SEPTIEMBRE 1977)

 

(1) Esta entrevista puede ser reproducida parcial o íntegramente a condición de señalar la fuente: “Boletín Informativo de la Juventud Socialista de Chile”